martes, 30 de marzo de 2010

lunes, 15 de marzo de 2010

El día que murió María Félix






Guillermo Guzmán
Sergio Fong



Pedro estaba muy triste, más triste que un payaso.

   El día le amaneció erizo, los ciento veinte centímetros de intestinos le ladraban de jaria, se había quedado jetón sin haber cenado, sin haber comido, de a tiro no traía nada en la panza.

   Sintió el gruñido de sus tripas, se estaba autotragando. Ese rugir del motor visceral fue lo que lo puso de pie.

   Divagaba por la calle, casi a oscuras, llevaba las manos en los bolsillos del pantalón, caminaba jorobado; amarrado al frío seco del amanecer, adherido a sus garras, le ardían los ojos y aún resoplaba por sus fosas nasales ese olor acre a llanta quemada, su buchaca exhalaba un leve hedor putrefacto a alcantarilla.

Pedro nunca se dio por enterado de su muerte, sólo transitaba entre la multitud de sombras; la luna amanecida lo seguía como un globo sobre su cadáver, la ciudad ploma abrió sus fauces. Detuvo sus pasos en el crucero, ahí estaban sus cuates dándole duro a los parabrisas, arrojando bocanadas de lumbre y acostándose sobre vidrios de botellas rotas, se arrimó para recoger alguna migaja de pan y los restos de algún chesco babadrink. El Flaco que estaba dormido sobre unos periódicos le tiro de patadas creyendo que era un perro, “Ora, pinche flacuras, ¿posqué estás soñando?” -le reclamó Pedro-. El Flaco contestó malhumorado: “Pensé que eras un perro y me querías tragar”. “Perro no come perro” —dijo Pedro mientras se enjugaba la agüita de los ojos.

   Al Flaco lo despertó el trajín de la urbe, y pronto la Negra le dio la mala nueva, le informó que Pedro había chupado faros, su cadáver quedó orillado al camellón, el cuerpo sin vida estaba hinchado boca arriba a punto de estallar, tenía un hilillo de sangre en la boca.

   Entre la Negra y el Flaco le quitaron los tenientes y lo echaron en un costal.

   Ahora sólo esperarán a que pase el carretón de la basura.

*Este cuento pertenece al libro Un chango llamado Hemingway, de la editorial La Propia Cartonera de Montevideo, Uruguay.




El odio





Guillermo Guzmán

Eduardo Lemus



El odio nos fundamenta y en el odio naufragamos.

En el odio hemos sido educados, miedo disfrazado de odio, odio disfrazado de amor.

El odio se nos inculca bajo otros nombres, lealtad, honor, orgullo, excelencia…

El odio lo aprendemos con los ojos, de ese modo también aprendemos a llamarlo con otros nombres.

El odio es la piedra fundacional de todo poder constituido, la génesis de toda estructura religiosa y la razón de las naciones.

El odio nos obliga, nos somete, nos compromete a seguir su ruta trazada por siglos de odio en contingentes de combate llamados a enfrentar el odio ajeno.

El odio lo respiramos, lo comemos, lo absorbemos, es odio lo que nos rodea y se nos inyecta por los sentidos, lo que nos arrojan a la cara en imágenes secuenciales, hileras infinitas policromas e impasibles que le normalizan e impregnan de cotidianidad perenne.

A veces es lo único que nos nutre y sin embargo no debe ser nombrado, es social y políticamente incorrecto, aunque en el nos sumergimos cada día al despertar.

¿Por qué el odio debe ser negado o simplemente silenciado cuando es a veces nuestra única verdad… lo más real? expresión honesta nacida en nuestro interior matizado por el hecho subjetivo que lo hace aflorar, es espejo turbulento de ese rostro que se esconde en el follaje del condicionamiento y las costumbres que moldean nuestro exterior.

El odio al igual que el amor, embota nuestros sentidos obnubila la razón, nos lleva a descubrir el aspecto más grotesco, más nefasto, más vil y repugnante de la otredad que a la vez es uno mismo. Es parcial como el amor, es cojo, manco o ciego, negador totalitario de la otra cara del objeto odiado.

Por odio nos sublevamos y asesinamos al igual que por amor, cuando se ama también se odia, son las caras de la moneda con que se paga la vida.

El odio es lo que a veces nos hace levantarnos y avanzar, nos hace resistir, ayuda a no flaquear a persistir en el camino que tiene como horizonte, el odio.

El odio cuando surge del subsuelo debe ser callado, reprimido, ese odio incubado por el odio dominante de cúpula dorada, opresor incongruente e intolerante poseedor de los cánones que rigen el funcionamiento minucioso de ese odio envolvente, el odio tiene propietarios exclusivos del derecho a ejercerlo.

El odio en manos del poder es justicia, en manos del desposeído es delito.

El odio circula por nuestras venas como lava trepidante buscando salir.

Odio genera la impotencia de no poder hacer nada ante la acción deliberada e impune de la muerte vistiendo la mano del poderoso enseñoreándose sobre la indefensión del débil, sumergido este en la vergüenza de no ser más que nada ante el puño inmisericorde.

Sin embargo nosotros, nos dicen, debemos perdonar, el odio es veneno para el alma, cuando el alma ya ha sido asesinada por el odio que de arriba cae.

La barbarie del gobernar



Guillermo Guzmán



Germán Hernández



            Otro mayo se acerca. Se cumplen 6 años de los lamentables acontecimientos que ocurrieron en nuestra ciudad, donde una manifestación fue disuelta por la policía, con el resultado de más de un centenar de detenidos, presuntos delincuentes, vándalos y alteradores del orden y la ley, y con la respuesta cerrada y poco inteligente de las autoridades estatales, tanto de la policía como del gobierno, mucho nos queda de reflexión a quienes presencialmente o no, conocimos de estos acontecimientos:
  1. ¿Considerarán todavía que para el restablecimiento del orden y la ley, la arbitrariedad de las detenciones aleatorias, intuitivas, y a partir de suposiciones, fue la mejor actuación que un cuerpo de policía pudo haber tenido?



            Obviamente, la respuesta es si. En una entrevista hecha recientemente por Hermenegildo Olguín a Luís Carlos Nájera, Secretario de Seguridad Pública de Guadalajara, para el semanario Proceso (No. 1490, Suplemento Jalisco, Págs. IV a VIII), Nájera refiere: “Fue un enfrentamiento, fue una labor de mantenimiento del orden. (…) Yo tengo fotografías, videos, tengo forma de demostrar que mi actuación al momento fue adecuada para preservar el orden público.(…) Las personas que detuvimos no sé si eran de los de cascos o no, pero los que detuvimos cometieron un delito.”

            ¿Cuántos de los detenidos, realmente aparecen haciendo destrozos o en el llamado enfrentamiento? ¿Tres?, ¿Cuatro? Originalmente, hubo más de un centenar de detenidos, de esos, más de 60 fueron liberados al día siguiente, el resto, fueron consignados y llevados a un proceso penal. ¿En donde están las pruebas que sustentan la detención de ese primer grupo? ¿Habrá fotos de todos y cada uno de ese centenar y fracción? ¿Por qué fueron dejados en libertad más del 60 % de los detenidos de? Porque no había nada que los acusara. Y si no había nada que los acusara, ¿porque fueron detenidos? Y del resto, los que sí fueron consignados, de cuantos habría pruebas que los involucrara directamente?

Fue notorio en este sentido, y por citar sólo un caso, el desplegado que la comunidad de artistas y literatos hace en protesta por la detención de dos jóvenes poetas, DENTRO de un bar, y MUCHO TIEMPO DESPUÉS del enfrentamiento en el centro de la ciudad. Fueron soltados varias horas después, sin cargos probatorios, pero con bastantes golpes y amenazas a sus personas. ¿Su delito? Usar en pelo en forma de rastas.

            Para este señor, (y para muchos otros de los directamente involucrados) el tener un cargo de autoridad, es signo inequívoco de irrefutabilidad de su palabra, lo cual se traduce en el primer paso hacia el autoritarismo, o en el mejor de los casos, hacia la impunidad, lo cual nos lleva a reflexionar lo siguiente:
  1. ¿Sobre que fundamento se hace la detención de alguien que no es atrapado en plena comisión de un delito?



El hecho de que más de la mitad de los detenidos en esa tarde-noche del 28 de Mayo, hayan sido liberados al día siguiente, no expresa precisamente buena voluntad de las autoridades, sino la forma de proceder de las detenciones. Y la conclusión es inevitable. No fueron selectivas. No se detuvo a todos los verdaderos causantes de los destrozos. Se detuvo a quien estuvo presente, porque ese, en términos del Secretario de Seguridad Publica, ese es un agitador. En la misma entrevista referida, el Secretario refiere que “(…) el altermundista fue el que vino y se encerró en la universidad, hizo sus foros y planteó propuestas.” El entrevistador le señala que muchos de esos fueron a la marcha, y el Secretario contesta: “Ah, entonces ya se convierten en agitadores.”. ¡Que maravilla de razonamiento! ¡Cuanta claridad en la diferenciación de estos actores sociales! Y reforzando el criterio con el que se detuvo a los manifestantes, describe el operativo de esa tarde, y da ideas de porque hubo estas detenciones: “(…) lo que se debe buscar es que el inocente se retire del lugar. Por eso lanzamos dos granadas amarillas de humo (…). Después de esas dos bombas era claro que toda la gente que se quedaba ahí era beligerante y estaba metida en la manifestación. (…) si la gente seguía allí y rompían vidrios y alteraban el orden, entonces teníamos que cargar y hacer las primeras detenciones.”
  1. ¿Y tanta claridad de ideas, de donde procede? ¿Cuál es el fundamento de esta forma de proceder?



Volviendo a la entrevista, el periodista le señala al Secretario que si el problema entonces no eran los que incitaron el enfrentamiento, sino todos los manifestantes, y este contesta haciendo alusión a la teoría de la psicología de las masas:

“(…) había mucha gente que no tenia que ver con la agresión, pero se sumó a la masa. (…) el ser humano cuando ve una masa siente que pierde la individualidad y así puede hacer muchas cosas que no puede hacer en lo personal.” No se si sea por su formación profesional (Lic. En Derecho por la UAG), pero esta visión de la relación individuo-sociedad es bastante estrecha. Una acción obedece a intereses, es voluntaria es conciente. La significación social, como valor de una acción dentro de una comunidad, refuerza lo que es la acción. Esta significación se adquiere sociohistóricamente. La imagen de la autoridad, lo que representa y lo que refleja es lo que esta en juego.

La confrontación como medio de resolución de conflictos es respirada, desgraciadamente, desde el seno materno, y este caso del 28 de Mayo es precisamente el mejor de los ejemplos, donde estamos viviendo que la respuesta que se obtiene ante demandas especificas es la cerrazón, la imposición de la fuerza policíaca, la cárcel, las golpizas… ¿Cómo se va a obtener así, una imagen favorable, de quién ejerce el poder y actúa sin más fundamentos que los de la lógica de la conservación de la estructura? La circularidad de las respuestas y la estrategia de desacreditación del otro a partir de su persona, nos llevan a dudar, ya no solo de la capacidad de argumentación lógica, sino de su misma capacidad de resolución de conflictos sociales, que junto a la insensibilidad política que la cerrazón del Gobernador conlleva, y que se basa esa forma demagógica que es el populismo, donde “el pueblo lo apoya” (sic) en la decisión que tomó contra las personas que “(…) vinieron a destrozar la ciudad de Guadalajara, no vinieron a presentar ninguna propuesta alternativa a la Cumbre, sino llegaron a destrozar la ciudad” (sic) no nos ofrecen una idea concreta de la Democracia, que se presume, reina en este país, ni de los valores humanos, morales o espirituales que vivimos desde que el catolicismo es partido y gobierna este Estado. Entramos a una nueva época, la del gobernar desde, por y con la menesterosidad de la barbarie de la democracia.

Un orco con ganas de vengarse




Guillermo Guzmán




Amenophis



Cuando vas rumbo a la casa de tu amigo, y sabes que tiene un hermano el cual es un hígadito el hijo de puta, lo último que quieres es que sea ese pendejo el que te abra la puerta.

Y si a eso le agregan de que a parte de pesado, es maricón, peor tantito.

Son de esas personas que quisieras mentarle toda su  reputa madre, pero te abstienes porque es hermano de tu amigo.

Son de esos miserables que te gustaría patearle y patearle y patearle el culo hasta que verdaderamente llore como verdadera nena. Patearlo mientras le dices “chinga tu madre”, pero te abstienes porque es hermano de tu amigo y hermano de tu novia también, y quieras o no, lo van a defender.

Igual y nada más se interpondrían entre mi pie y el culo de su puto hermano para que no le siguiera haciendo daño, pero de que harían algo, es un hecho.

No es homofobia. A final de cuentas si es maricón, pues es su problema. El problema radicaba en que era un maligno hijo de perra elitista, superficial, vacuo, nihilista y estúpido hijo de perra.

Así que mientras vas con ese rumbo, también vas pidiendo que no te abra ese miserable.

El problema es que a veces la gente no sabemos pedir, y allí tienen que precisamente el desgraciado es el que me abrió la puerta.

Lo primero que le noto al desgraciado, son sus zapatos de Zara, su pantalón negro de vestir de Zara, camisa manga larga de Zara color violeta con rayas blancas y fiusha, un sweater sobrepuesto en la espalda y los hombros y agarrado a la altura del pecho con un nudo sencillo de las mangas, piel blanca de güero de rancho, figura muy delgada y con el hocico chueco como puta insatisfecha. Lo único que atinó a decirme fue:

-¿Sí?

Maldito desgraciado. Apuesto a que todo el día se la ha pasado en su casa y lo más probable es que desde que se levantó se vistió de esa manera. Era una nena que no lavaba ni el plato donde tragaba. A duras penas lo levantaba de la mesa pero nada más para dejarlo en la tarja. Era un remedo de cabrón. El que fuera homosexual no implicaba que fuera toda una señorita que no fuera a cagar, nada más para no tener que limpiarse el culo.

Y todavía al abrir la puerta, el pendejo me mira con insolencia, con la clásica mirada de alguien que se siente socialmente superior.

Ambos éramos profesionales. Él trabajaba para una agencia de personal en el área de reclutamiento y sentía que podía apagar la lumbre a pedos. Ganaba menos que yo, pero tenía la ventaja que el estúpido no daba ni un peso a su casa. Todo su dinero lo gastaba en ropa, accesorios caros, zapatos y perfumes. Y también en sus hábitos socialités nocturnos. Ustedes saben. Restaurantes italianos, franceses, y cafés muy selectivos. Puta vida superficial.

En cambio yo, estaba en capacitación y RH, y el dinero se me iba en cerveza, whiskey, tequila, amigas, moteles, en mi novia, cigarros, bares, cantinas, puestos de tacos, comederos sobre la carretera, usaba la misma camiseta durante toda la semana y diario estaba desvelado por las constantes tertulias. Rara vez compraba ropa y tenía como dos meses que no cambiaba las sábanas. Dormía en mis propios hedores.

Definitivamente nunca íbamos a coincidir, en tiempo, espacio y formas de ver la vida.

Cuando me dijo “¿Sí?”, sentí un impulso de estamparle un puñetazo en su maldita cara y decirle, “¡Quítate pendejo ni que viniera a verte a tí!”.

-          ¿Sí qué, Panchito?

Al pobre estúpido le repateaba que le dijeran Pancho o Paco. Peor tantito “Panchito”. Mi encabronamiento me daba cuerda para canalizarla a cosas mejores.

-No entiendo cuando me preguntan ¿Si?, y creo que tienes el suficiente nivel para optar por utilizar una expresión más adecuada a tu acervo y entorno social. Al preguntar ¿Sí?, te reduces al pensamiento larvario de la gente que contratas como operadores, así que por favor ten un poco de dignidad y recíbeme de mejor manera. Hazlo por tu hermanita que tanto me ama y hazlo por los miles de años que desgraciadamente vamos a ser cuñados, pero por mientras hazme un puto favor, y quita tu puta cara del camino que no te vengo a ver a ti.....vengo a ver al Pumba.

Y pues caminé para entrar a su puta casa, así que no tuvo mas remedio que hacerse a un lado. Su cara comenzó a ponerse muy roja, y mientras subía la escalera volteé hacia donde lo había dejado parado, y con mucha sorpresa lo descubrí manoteando en el aire, mientras hacía caras chistosas. Caras que yo interpreté que me estaba remedando o por lo menos estaba teniendo su propia venganza humillándome nada más que lo hacía en su pensamiento.

-          ¡¡ EEEHH PANCHITOOO, QUE FACIL ES HACER QUE PIERDAS LA POSTURA !!

¡¡ DONDE QUEDÓ ESE CHICO NICE, EDUCADO, CULTO Y DE BUENOS MODALES !!

Maldito perro. Ya vendrá el día que terminemos tu hermana y yo, y ahora sí, sabrás lo que es amar a dios en tierra pa´las macetas.

Nada mas con el puro hedor a patas y a pizza podrida, cualquier persona podría saber que estaba llegando al cuarto del Pumba.

En lo que subía las escaleras pensé en las diferencias abismales que había entre los tres hermanos. Uno, el puto, metrosexual, pero por otro lado, el Pumba, se ponía el mismo pantalón hasta cinco o seis veces. No usaba  perfume, le olían los pies, sus calcetines pocas veces coincidian ya que agarraba los primeros que veía, usaba playeras de equipos de futbol o de grupos de Rock y tenía un tatoo que el cabrón del tatuador se lo dejó a medias porque se largó a Tijuana y por flojera  ya no buscó otro para que se lo terminara.

En cambio su hermanita, era el mismísimo cielo convertido en mujer. Buena, bonita, chichona. Chaparrita con pelo largo y ondulado y se reía de mis chistes.

Me pregunté como chingados puede haber tanta diferencia si los tres salieron del mismo boquete, y se supone que los tres recibieron la misma educación. Ya no pensé más pendejadas y llegué al cuarto de ese cabrón que para variar, estaba cerrada la puerta.

Ta, tata, ta, tá – Toqué mentando la madre

-¡¡Quien putas es!!

-¡¡Tu padre pendejo!!

-Papaaaaaaaá, donde has estado todos estos años??, estoy a punto de volverme maricón como mi hermano por el síndrome del padre ausente y tú ni enteraDOO!!

Jajaja, hijo de puta, cuando dijo DOO abrió la puerta de golpe así que me asustó.

-Ay ´jo de la chingada – solté el grito

-Que pedo wey, pásale

-Jajaja, vete a la verga, no te voy a saludar de mano, ni que no supiera que te la pasas rascándote los huevos, agarrándote la reata y oliéndote los dedos

-Burp!!, aaah que nena eres, se me olvidaba lo puto que eres....

-Pos no mames, tenme consideraciones, lo hago por tu hermana que después le ando metiendo la mano y no quiero infectarla, jajajajajajaja

-Chinga tu madre. Pásate y cierra la puerta, estaba jugando esta madre, aaay wey, está bien perro el juego, mi jefe se pasó de todas las cornetas, pura putazera papá. ¿Quieres jugar?...

-Ahorita cabrón, el puto de tu hermano me volvió a malvibrar .....

-Ese hijo de su puta madre, para mí que lo cambiaron en los cuneros y mi verdadero carnal ha de estar pasando horas muy culeras en una familia culera, y mientras, este pendejo vive como princesa sin merecérselo.

-Jajajajaja, eres un hijo de la chingada, aún con tu propio carnal....

-Aaah, no te vengas a hacer pendejo, de tus ganas ya te lo hubieras madreado, nomás porque la Bety te pone tus aplacadones, ya sabes que por mí, mátalo al perro

-Pues ahí está el Jonás que por una bolsa de mota lo manda al otro mundo

-No wey, con ese cabrón no. Si nada más lo matara estuviera chingón, pero el muy cabrón es un sátiro de mierda y lo haría sufrir mucho, digo, odio a mi carnal pero no como para hacerlo sufrir

Destapé una cerveza de las que traia y me dirigí a la cocina a guardar el resto en el refrigerador.

Desgraciadamente panchito estaba en la cocina preparándose unos sándwiches. Me dí cuenta que se iba a preparar un chocomilk, porque estaba la lata de Pancho Pantera, el azúcar y una cuchara en la mesa, pero al verme llegar a la cocina dejó todo a medias y se salió a hacerse pendejo a otro lado.

Como ví que le faltaba la leche al estúpido, se me ocurrió cooperar. Saqué el bote de leche y comencé a orinar dentro del galoncito de plástico. Aaaaaahhhh que rico es mear cuando verdaderamente tienes ganas, y mas, cuando tienes un doble propósito.

Estaba a media orinada, cuando me percaté que el bote tenía mas leche de la que ese pendejo podría consumir, o sea que el resto se lo iba a beber su familia, y lo que era peor, mi Bety, así que detuve el chorro, tiré leche en la tarja y cuando consideré que había leche suficiente para un vaso, volví a descargar. No dejé ni una gota a fuera.

-Cabrón, ya es hora de irnos al partido, así te vas a ir? – Le pregunté al Pumba

-Que te valga madre no?, o que?, te doy vergüenza?

-Pues por mí vete encuerado cabrón, pero no me hagas llegar tarde porque sí te reviento tu madre

-Te faltan huevos para ponerte con un hombre de neta, pu-ti-to.

- Pues nomás me imagino que me estoy madreando a tu putihermanito y verás cuanta ira me pudiera salir

-Ay sí, ay sí, ya, ya, ya, vamonos pues, para que no estés chillando, ¿nos vamos en tu carro?

-No mames cabrón, el puto estadio está a la vuelta, a seis siete cuadras.

-Ah pos sí, vamonos a pata pues.

Mientras íbamos bajando la escalera, escuché que la licuadora se encendía. No pude aguantarme la risa. El pasillo que nos llevaba a la puerta pasaba por la cocina. Volteé para asegurarme que lo que estaba pensando era verdad y cuando ví el bote de leche en la mesa y al estúpido de frente a la licuadora solté una carcajada. Eran verdaderos alaridos.

Lo bueno que el sabor de la fresa iba a ayudar a disimular el sabor.

-Y ahora tú pendejo, ¿que traes? – Me preguntó Pumba

-Que tu hermanito podría necesitar mas lechita.

-Eso qué cabrón?, pues que ordeñe a su vato, porque yo le daría puros meados al pendejo.

-Jajajajaja, por eso somos compas, pensamos igualito cabrón, jajajajajajajajajajajajajjajaja

-¿Qué te traes pendejo?

-Jajajaja, nada wey.

-A veces eres medio pendejo – Me dijó el cabrón Pumba con mirada emputada.

Es que hay cosas en este mundo que mucha raza nunca podrá entender.

Noche de clásico de clásicos y había mucha efervescencia en el ambiente. En el último clásico las chivas habían perdido así que las ganas de revancha estaba en el entorno. Es verdaderamente chingón ver a la gente que le va a tu equipo, con sus rostros, sus playeras, sus banderas y la ilusión de ganar reflejada en los ojos y sus espaldas.

A lo lejos, un número bastante considerable de seguidores del Atlas reunidos en un solo grupo me hicieron detener el paso por un momento. Eran bastantes y se podía percibir que tenían ánimos de pelear, ánimos de molestar gente, niños, cualquier cosa que fuera contraria a su estúpida ideología. Si los seguidores del Atlas no son capaces de respetar el himno nacional, entonces te puedes esperar que te roben la luz, se coman a tus hijos, se caguen en tu pasto y se cojan a tu abuelita.

Todos ellos representan al hijo de puta que nunca quisieras para una de tus hijas. Malditos delincuentes. Ojalá se murieran todos.

Rodeamos a ese grupo de pseudos aficionados a una distancia de seis metros y nos dirigimos hacia un puesto de tacos. Había que comer porque íbamos a gritar mucho y a beber todavía más.

Estábamos en la tarea de tragar, cuando de repente sentí que me tocaban el hombro con los dedos. Volteé para saber quien chingados me estaba llamando.

De frente estaba un cabrón, con su playerita rojinegra tan mas puteada y en sus manos, una bandera con su palo de madera. El estúpido estaba acompañado de siete pendejos más, igual de pendejos a él, y todos, con sus estúpidas banderas. El tipo que me había dedeado el hombro no me dijo nada, simplemente se me quedaba viendo con ojos de enojado y sus estúpidos acompañantes simulaban estar emputados porque no se les veía sinceridad en su enojo.

Me sentí estúpido de estar esperando que me dijeran algo, así que me volteé hacia donde tenía mi plato mientras les decía :

-Discúlpenme chavos, pero no tengo varo.

Entonces ya no me llamaron con los dedos. El cabrón me tomó por el hombro y me dio un jalón de manera brusca para que volviera a quedar de frente a él.

-¡¡ A mí no me ignoras pendejo !!

Ahora sí, supe que sabía hablar el inútil.

Mi amigo el Pumba se me quedaba viendo como diciendo “¿y ahora en qué pedo te metiste cabrón?”, y yo le miraba como diciendo: “Neta que no tengo la menor idea de quien es este estúpido”

-Mira babosote, no tengo la menor perra idea de quién eres, y lo más seguro es que te estés confundiendo de cabrón, así que hazte un favor y lárgate a la chingada porque no quiero pedos

-No me estoy confundiendo hijo de tu chingada madre, tú eres Samuel Madrigal, encargado de recursos humanos de Mierdaltiva y Asociados.

Ah cabrón, se sabe mi nombre y apellido, este cabrón a huevo que me guarda rencor.

-¿Y que putas tengo que ver contigo?

-No sabes cuánto le he estado pidiendo al diablo que me diera la oportunidad de encontrarme contigo y volverte a ver cabrón, ahora sí, estás en la calle y no detrás de tu puto escritorio donde te sientes la gran cagada. Aquí sí no eres nadie cabrón, eres igual que nosotros y vas a morir como perro.

Ande cabrón. Eran esos temas de conversación agradables, que cualquier lord inglés podía sostener en cualquier reunión de té de las cinco de la tarde.

En ese momento, por alguna razón pendeja de mi cerebrito, me pasó por la mente la foto del marine que le da un beso a su novia, después que volvió de la segunda guerra mundial. Foto que tenía en una colección especial de Time Life. Así funciona mi cerebro, ¿qué quieren que yo haga?.

Igual y dicen que cuando estás a punto de morir, toda tu vida pasa por tu cabeza en cuestión de segundos. Pues por mi mente pasó esa foto, y el recuerdo del festejo de Fernando Quitarte cuando metió gol en la final contra el Cruz Azul.....Perra madre, pienso puras pendejadas en los momentos de más seriedad.

Y como ya estábamos hablando de morir y esas cosas, pues tuve que poner en marcha el motor, porque tenía que salir librado de esa, pero siendo honestos, estaba más sorprendido de tener a ocho pendejos en frente con toda la intención de rompernos la madre, con ventaja numérica considerando también a los pendejos que estaban en bola metros más adelante y que podían intervenir en cualquier momento a favor de los ocho atlistas hijos de perra.

Para sorpresa mía, Pumba no decía nada. Igual y estaba bien, porque era muy visceral y demasiado atrabancado, y cualquier cosa que pudiera haber dicho, hubiera jodido más las cosas.

Decidí sacar plática para ir ganando tiempo y esperar si por lo menos al taquero se le ocurría algo. Es lo malo de esperar demasiado, de gente que ni al caso.

-Mira cabrón, tú sí me conoces pero yo no tengo la menor perra idea de quién eres. De tanto animal que contratan está cabrón aprenderme los nombres. A lo mucho me acuerdo de qué raza son, pero si me dices quién chingados eres y por qué traes tanto coraje guardado, igual y te puedo ayudar..

-Como dices pendejadas, ¿ayudarme en qué?, soy Martín Casillas y me quisiste correr con un puto cheque de dos mil pesos.

Ah vaya, ahora los dueños registran a sus mascotas con nombre y apellido.

-Aaaaaaaah mira, ya me acordé, te saliste de la oficina amenazando con que ibas a demandar pero pues creo que te la pelaste porque haciendo cuentas, tú fuiste de los últimos, así que nomás terminamos con ustedes, al día siguiente nos liquidaron a nosotros y la empresa cerró, por lo que veo, cuando metiste la demanda la empresa ya no existía.

Por la cara que puso el estúpido, pensé en que le había atinado.

-Te va a cargar la chingada.

Los siete estúpidos restantes se pusieron en posición de blandir sus palos. Parecía que estaban esperando una señal de Martíncito.

Agarré la cazuelita del chile y la sostenía como si se tratara de una piedra. La expresión del Pumba me dio risa pero no me podía reir abiertamente. Se me quedó viendo como diciendo “y ahora este pendejo?, acaso cree que es una pistola o que chingados?”.

A final de cuentas sí estaba tomando en serio el asunto porque no la chinguen, estaban a punto de partirme el hocico. Y del taquero, naaada.

-Mira cabrón, definitivamente me pudiera cargar la chingada, pero te voy a pedir una cosa hijo de tu perra madre, si efectivamente piensas en matarme, asegúrate que quede bien muerto, porque si no, así tarde meses en recuperarme voy a regresar por ti, voy al archivo muerto de la empresa y busco tu expediente hijo de tu puta madre y allí sabré donde vives, los piojos como tú duran años en la misma casa así la estén rentando, así que si le vas a entrar, éntrale con huevos y déjame bien muerto. Igual y si me matas, tendrías que matar a este pendejo para no dejar testigos, y no tienes los suficientes huevos para andar por la vida debiendo dos cabrones. Eres tan mierda como la playera que traes puesta, y un baboso como tú, que se siente verga cuando está rodeado de amigos, nunca duran vivos en la cárcel. ¿Ya te imaginaste lo que harían de ti si estuvieras en el bote?....todavía eres hijito de mamí. Tuviera miedo si fueras algún otro cabrón con una pinta de delincuente, pero no mames, apenas puedes el palo de tu puta bandera, se te nota el hambre de aquí hasta santa chila que es donde a lo mejor vives, así que si le vas a entrar, éntrale bien y si no, lárgate a chingar a tu madre y déjame seguir tragando, y te prometo no ir al archivo muerto a buscar tu expediente para saber donde vives...te prometo que no me voy a desquitar, ¿estamos?

He tenido silencios incómodos en mi vida, pero ese silencio me trajo esperanza. Mi estómago estaba temblando, y mis piernas comenzaban a temblar también. Me descubrí respirando agitadamente y la mano seguía sosteniendo la cazuelita del chile.

Ya no existía Pumba, ni el taquero hijo de puta, ni podía ver el estadio tampoco. Ya no existía la gente y ni los siete pendejos restantes. Solamente estaba yo y el hijo de puta que tenía enfrente, y por un momento hubo un silencio ensordecedor y todo lo demás estaba oscuro. En verdad, nada más podía ver al estúpido.

Todo el ruido del entorno se volvió a escuchar, cuando el cabrón dijo:

-Chingas a tu puta madre...Vamonos cabrones.

Y se fueron corriendo, perdiéndose entre la gente.

Me recargué en el puesto echando una exhalación pero tuve el mal tino de recargar la espalda en un área que estaba caliente.

-Ay cabrón!!

Eso me trajo de vuelta al mundo, porque me acordé que estaba con el Pumba.

-No mames cabrón, les metiste miedo a los hijos de su puta madre

-Puta madre, pos no les dije la gran cosa, nada más estaba haciendo tiempo en lo que veía alguna señal, pero después ya no ví nada, únicamente veía al cabrón y nada más.....

-Estabas bien clavado, te hubieras visto la mirada, parecías loco pelando los ojos.

-El instinto de supervivencia, me iban a partir mi madre no mames.

-Ese cabrón sí que estaba superemperrado, porque haces encabronar a la raza cabrón?

- No mames, pinche pinta del cabrón, nada más eran arranques de valientes pendejos.

-La ví cerca cabrón, pero ni modo que dijera algo, ¿qué se dice en esos momentos cabrón?, la hubiera cagado, eran más.

-Es precisamente lo que en un momento pensé, te digo cabrón, por algo somos compas, jajajajajaja

-Uuuuffff, puta madre wey, neta que no sé como es que sigues tranquilo,

-¿Cuál tranquilo cabrón?, me duele la puta panza de los nervios, ya ni quiero tragar, vamonos por unas chelas...por cierto amigo taquero, gracias por el paro, no se hubiera molestado.

-Uuuuuhhh, yo ni los conozco, yo no sé si le debes algo a la gente, era tu pedo compita

-Chale, los taqueros ya no son como antes, díganos cuanto es por favor

Entramos al local de las cervezas, y nos quedamos en la barra. No decíamos nada. Yo en silencio haciendo contacto con mis nervios hechos nudos en el estómago y el Pumba mirando al suelo y mirándome a mí. Miraba al suelo y luego me volvía a ver a mí. La verdad ya no me pude aguantar.

-¿Que traes pendejo?  - Le pregunté de manera amable al Pumba

- Wey, neta, dime de a neta

-¿Que cabrón?

-Wey, ¿Qué chingados pretendías hacer con la puta cazuelita del chile cabrón?, AJAJAJAJAJAJAJAJA

Yo creo que de los nervios, la risa salió mas potente: JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA

-No sé cabrón, pero si tienes chile en los ojos no creo que puedas pelear, me preocupaba más que se me fuera a acabar el chile y esperaba que tú agarraras el pedo y agarraras otra cazuela....

-No mames, tenía un puto molcajete del tamaño de tu puta panza, como lo iba a cargar?, jajajajajajajaja, eres un pendejo, la cazuelita del chile, no mames, jajajajajajaja, bonito me hubiera visto en plena putazera y yo cargando un molcajete embarrando cabrones de chile, jajajajajajaja

-Así me haya sacado el pito, los meo cabrón

-Jajajaja, te veías bien botana y uno de los pendejos que iban con el wey, se le quedaba viendo a tu mano con la cazuela, y cuando hacías la mano para adelante, el wey como que se hacía a un lado para que no lo fueras a embarrar de chile, jajajajaja

-Mucha pinche risa cabrón, jajajajajajaja

-Eres un pendejo, jajajajaja

Ese día estuvo chingón y para completar el cuadro, las chivas le ganaron al atlas.

David Lynch


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